domingo, 7 de agosto de 2011

Alter ego Vs. Alter ego

Bruno Gabriel L. García (Karlo)

Bien, comencemos con dos preguntas: ¿Quién soy yo? es difícil saberlo. En principio no sé exactamente quién soy yo; Soy Karlo, ¿Podría definirme en algo esto? o ¿Por lo menos darme un atisbo de lo que soy o puedo ser? Realmente no lo sé. Solo sé que soy Bruno Gabriel L. García, hijo de don y doña nadie y alter ego de Karlo, un personaje ficticio que juega a ser yo por momentos y por otros juega a ser un ser cuasi real definido en un tipo solitario… solitario casi por antonomasia o por naturaleza. Un ser con tendencias a ser un pobre y cursi romanticista que carece de muchos romances y que vive al filo de la humanidad tratando de descubrir que ha sido del tipo que vive en su mente y que lleva el nombre Bruno Gabriel.

Hombrecillo que ha tratado de descubrir que el es una fantasía enclavada en la mente de Karlo y que piensa a su vez ser tan real como lo es Karlo… pero a todo esto viene, quizá, no solo una segunda pregunta; sino que tal vez sean más preguntas. Como; que soy, donde vivo, o mi preferido: qué tan real soy… que si soy tan real como la polilla que ahora trata de fusionarse con la pantalla de la computadora o la gata que trata de salir de mi habitación rasgando la puerta con tal frenesí que pareciera que la vida se le va en ello. Situación que me obliga a levantarme de la silla y abrir la puerta, una puerta que siento nunca debí abrir, una realidad que nunca debí saber existe, un mundo que siento cada vez más no me requiere ni recuerda.
Un mundo que cada vez más logra que mis ojos, cubierto cada día con unas gafas oscuras, no logren ocultar lo que tanto intenta. Ocultar la realidad del tipo que sonríe a los demás como si nada estuviese pasando, como si nada le afligiese y que siente muchas veces el mundo se le derrumba y que su único soporte es su madre que espera su llegada cada noche que él decide llegar tarde a casa. Una mujer que Karlo y Bruno Gabriel saben que sin ella (su única pilastra), no necesitaría respirar un sorbo de oxigeno. Pues quizá nadie más lo recuerde. Salvo sea en su sepulcro llorando y al salir se echen una copa por el caído y no vuelvan a querer saber más del asunto.
Son miles de preguntas que nacen entonces de la primera pregunta y da miedo saber que tan malo sea carburar en la cabeza el cómo sería poder o intentar saber la respuesta a esa segunda pregunta que da escalofríos querer formular.
Puede que mejor sea cuestionar qué saben los demás de Karlo; o mejor dicho qué es lo poco que saben del timorato de Bruno Gabriel. Un hombrecillo enamorado de una chica que ni siquiera lo quiere, o no quiere saberlo (Pues es una posibilidad que ella ya lo haya intuido). Un ser extraño que viste con gafas y que mantiene recuerdo frescos cargados en su morral de cuero.
Entonces… ¿Quién chucha es Bruno Gabriel y que mierda hace en el cuerpo de Karlo. Qué rayos trata intentando ser un escritor, siendo Karlo un afamado ser de caricatura retórica que solo ven un par de seres en el universo conocido por Nosferatu?... esa me parece ser…
una buena segunda pregunta…

No hay comentarios:

Publicar un comentario