Hay días en que todo se va, simplemente no hay nada en la mente, tu música se difumina en el espacio insonoro, no hay imágenes, ni tampoco musas. Todo se ha ido… es el vacío absoluto.
Siempre se cree que la capacidad de un escritor es crear de la nada un todo. Creen que buscar mundos del vacio es tan fácil como acercar tu dedo a la nariz y hurgar en ella como si fueses un gurrumino mirando el techo a ver si ve a un porcino navegando en el aire.
Es esta profesión que me he dicho que seguiré hasta lograr vivir de mis propios libros me tiene muchos altibajos; altibajos que suceden cuando ya no hay musa, ya no hay problemática, ya no hay cerebro que te guíe. Ya, simplemente, sientes que has perdido todo.
Ella esta al otro lado de la red, tratando de hacer su vida, yo solo me digno a tratar de involucrarme en la suya y me desdeña como quien desdeña al lechero, al panadero o al frutero que pasa a diez cuadras de la mía. No se si sea su modo de buscar acercarme a ella o sino de decirme que me distancie de lo que intento hacer. “Estrategias de guerra, condiciones de combatientes”, serían las frases que se podrían cruzar la mente cuando uno espera respuestas… feedback, como diría un profesor.
Aparece una especie de vacio en medio del vacio, “como un menos más menos igual a más”, entonces, piensas que es hora de tratar de escribir, que hay algo que anda apareciendo… esto… mientras cambias de vez en cuando a la ventana que te conecta digitalmente con ella, esperando que aparezca un mísero mensaje. Para volver a escribir como condenado. Pero no sucede nada que te ayude a inspirar y deglutir palabras a son de alguna melodía. Luego esputarlas en verso o prosa o un mix de ambos… seria bueno.
Pero nada pasa, ella se va por su lado, te sigues enamorando por el tuyo. Su desidia es como tu aliciente, tu estandarte de guerra, tu razón para buscar las letras…
Cuando te das cuenta ya has escrito unas líneas -como estas-, has cambiando de temática o enfoque en el mismo cuento. Y recuerdas esa carta de Napoleón hacia su amada Josefina que tu prima te mostró hacia algunos meses atrás.
-Es hora de fumarte un cigarro-, piensas… -ya saldrá algo luego-, por el momento estas palabras te parecen buenas, las dejas airearse y las sueltas lo mas rápido que puedes… - Ya habrá otro día en que sigas pensando en ella y puedas seguir escribiendo…-.
Primo querido siempre aca leyendote un poco todo lo que escribes em encanta eres muy bueno..
ResponderEliminarahora me queda pedirte solo que haber si escribes algo de mi mala suerte y mi perseverancia a pesar de todo o locura no se ya cual es cual
un beso te quiero