miércoles, 25 de enero de 2012

Que tus perdigones estrellen mi cabeza

Bruno Gabriel L. García

Es un deseo casi carnal,
que mis sesos cubran la alfombra
y parte de la pared.

Que el corazón deje de latir
y se interrumpa el flujo sanguíneo.

Que mis ideas
queden desperdigadas
en el cuarto
entre axones y neuronas moribundas.

Que esta exasperación desaparezca
que se vaya
que deje de joder
pues la arritmia no deja respirar.

Que ese anhelo
de verte se vaya
que se diluya y desaparezca
que no discurra más por este cuerpo.

Que toda ésta entelequia deje de funcionar
que los perdigones que disparaste
funcionen a la perfección.

Que toda esta opresión
vaya a otro cuerpo...

Que el corazón late desquiciado
y quiero que jales del gatillo
y ceses esta capacidad mía
de exasperarse por tus ojos
y rozar al libido de tus aromas.
07 / IV / 2011 / 07:28pm

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