Miguel Vera de la Haza, admirador de los poetas malditos, caminante con la muerte al lado, bohemio y suicida poeta; y también amante de Lima, la Lima gris, esa Lima que muchos desean alejar. Es uno de los futuros representantes del verso peruano, uno que arrastra a la ciudad a un vórtice de su propio submundo.
Como poeta no busca la poesía romántica como tal, es un buscador de su interior, de sus experiencias, busca escupir palabra por palabra lo que pocos deciden decir. Casi siempre busca describir la decadencia humana que denota como un mundo de desesperanza.
Ha lanzado hace un par de años su libro Navajas, Libro cargado de fuerza, violencia citadina, llevada como un mar se sensaciones para el lector. Trabajo, lastimosamente poco conocido por sus coetáneos. Que a falta de auspicio no ha logrado eliminar esa barrera que varios poetas buscar derribar. Aunque las armas cargadas en su mente y una pluma son suficientes, por lo menos hasta que la vida le empiece a cobrar la cuota que cada poeta esta dirigido, como si se tratase de un crudo designio a seguir.
Pero por hoy nos presenta su libro y crea, particularmente en mi persona, un orgullo ser nuestro primer seguidor en esta página que dedica tiempo y psiquis hacia ustedes, los lectores de versos y prosa.
Con ustedes nuestro primer seguidor y -mientras bajo mi pluma a modo de espada lírica-, maestro de las Navajas: Miguel Vera de la Haza.
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